sábado, 21 de janeiro de 2012

Jorge Manrique y la poesia cancioneril!

Olá una vez más!
El el seguimiento de la literatura culta medieval de la Edad Media, voy a abordar el tema de la poesia cancioneril, hecha por un autor de la nobleza. Todavía, en relación a las obras de Mester de Clerecía los temas cambian, sendo que los autores pasan a escribir sobre el amor, la muerte y la fortuna.





Breve Biografía

Jorge Manrique vivió durante el siglo XV, nasció en el año de 1440 y era oriundo de Paredes de Nava en Palencia. Pertenencia a una familia nobre, hijo de don Rodrigo Manrique y ambos eran miembros de la orden de Santiago y combatieron del lado de Isabel la Católica contra los partidarios de Juana la Beltraneja.
Aunque fuera un cabarello de armas también tenia aprecio por las letras y su poesía se situa dentro de la corriente cancioneril.
Pereció a causa de las heridas recibidas durante al asalto al castillo de Garcimuñoz, en el feudo del marqués de Villena.

Contexto histórico

En esta época permanece un ambiente de gran instabilidad debido a crisis economica y guerras civiles, precedido de la peste negra y por estos motivos la fortuna, el amor y la muerte eran los temas principales de la literatura cuatrocentista. La inseguridad, la conciencia de la fugacidad de la vida humana llevó a, por un lado a una literatuta de desengaño y por otro al disfrute de la vida del presente y ambas las atitudes se pueden encontrar en su legado.
Por otro lado, a lo largo de la Edad Media la Iglesia perdió peso en la cultura y surgió a poco y poco un nuevo lector interesado en una literatura sin propósito doctrinal.
En el reinado de Juan II (1406-1454) se inaugura un periodo de efervescencia literaria y la corte se convierte en un lugar de debates poéticos y así la cultura pasó a ser parte imprescindible en la educación de la classe aristocrática.
Es en este contexto que surge la obra de Jorge Manrique! 


Las coplas a la muerte de su padre

Su obra más importante fue Las coplas a la muerte de su padre, compuesta a raíz del fallecimiento de don Rodrigo en el año de 1476 y publicada en 1494 en Sevilla con el título Coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre, el Maestre don Rodrigo.
Esta obra pertenece a la tradición medieval de la ascética cristiana: contra la mundanidad de la vida, postula una aceptación serena de la muerte, que es tránsito a la vida eterna. Tras un primer bloque en el que medita sobre la brevedad de la vida, el paso del tiempo y la muerte, la atención del autor se centró en las figuras desaparecidas de su pasado inmediato para concluir con un repaso de las virtudes morales del maestre y su diálogo final con la muerte.
En el desarrollo del poema pueden apreciarse tres partes. La primera (coplas I-XIII) es una exposición doctrinal en la que, de acuerdo con los principios de la religión cristiana y con la mentalidad medieval, se señala el nulo valor de la vida humana terrenal.
La segunda parte (coplas XIV-XXIV) es una ilustración de la doctrina expuesta en la primera. El nulo valor de la vida y de los bienes terrenales se ejemplifica mostrando los efectos del paso del tiempo, la fortuna y la muerte sobre una serie de personajes poderosos.
La tercera parte (coplas XXV-XL) se centra en la figura del padre del autor, don Rodrigo Manrique con un elogio fúnebre de don Rodrigo el poeta exalta sus virtudes de modo directo y repasa elogiosamente los principales hechos de su vida.

Un excerto de su obra

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado
da dolor,
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente,
cómo en un punto se es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados son iguales,
los que viven por sus manos
e los ricos.



Un breve repaso por la vida de Jorge Manrique!







Referencias Bibliográficas

sábado, 7 de janeiro de 2012

Mester de clerecía!




Ola una vez más!
Á continuacíon del tema de literaratura, hoy os voy a hablar de la literatura medieval culta en la Edad Média y más precisamente de Mester de clerecía.

Mester de clerecía es un a expresión que sirve desde hace tiempo para designar al conjunto de obras que los clérigos escribian entre los siglos XIII - XIV.
Frente al mester de juglaría,  de contenido popular e irregularidad métrica,  surge en el siglo XIII el mester de clerecía,  erudito y cultivado por los clérigos.
En esta época había pocas personas instuídas a modo que a los clérigos (pero no eran monges), los únicos que tenían cultura, cabía la función de instruír y transmitir conocimientos al pueblo. Siendo conscientes de que la mayoria das personas no tenían conocimientos de latin empezaran a escribir los textos en castellano.     
Los clérigos utilizavan un lenguaje culto y cuidado, con finalidad didáctica, o sea, escribían para enseñar; los temas eran casi siempre religiosos y inspirados en la tradición griega y romana; tienían un profundo respeto por los libros en que se inspiran para crear sus obras y utilizavan exclusivamente una estrofa llamada cuaderna vía que era una estrofa formada por 14 sílabas, llamadas alejandrinos, que tienen la misma rima consonante.

El mester de clerecía y los mestres de juglaría coexistiran. Ambos se dirigían al mismo público, utilizaban el mismo idioma, se abastecían de los mismos temas populares pero los mestres de clerecía intentaban contraestar los efectos pecaminosos y imorales que atribuían a los juglares profanos.

Todos los poemas están escritos en estrofas de versos alejandrinos (de catorce sílabas,  divididos en dos hemistiquios de siete), con una sola rima consonante,  que reciben el nombre de tetrásforo monorimo o cuaderna via. Los poetas de clerecía respetan rigurosamente el canon métrico,  de forma que todo verso mal medido puede estimarse como descuido involuntario o falta de habilidad. También,  debe tenerse en cuenta, además, los errores de los copistas y las diferencias de pronunciación,  y los distintos criterios seguidos respecto a la sinalefa,  el hiato,  la sinéresis y la diéresis.

Los poetas más conocidos del Mestre de clerecía son Gonzalo de Berceo y Juan Ruíz, Arcipreste de Hita
.

Gonzalo de Berceo





Es el primer poeta castellano cuyo nombre conocemos. Nació a finales del siglo XII en Berceo (La Rioja), se educó en los monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y Santo Domingo de Silos (Burgos); donde trabajó como administrador y notario del abad. Estudió en la universidad de Palencia y se cree que murió en el año 1264.
Su obra más importante es Milagros de Nuestra Señora que consta de veinticinco poemas en los que cuenta los milagros de la Virgen.






Los siguientes fragmentos pertenecen a la introducción de Milagros   de Nuestra Señora:


Amigos y vasallos de Dios omnipotente,
si escucharme quisierais de grado atentamente
yo os querría contar un suceso excelente:
al cabo lo veréis tal, verdaderamente.

yo, el maestro Gonzalo de Berceo hoy llamado,
yendo en romería acaecí en un prado
verde, y bien sencillo, de flores bien poblado,
lugar apetecible para el hombre cansado.

Daban color soberbio las flores bien olientes,
refrescaban al par las caras y las mentes;
manaban cada canto fuentes claras corrientes,
en verano bien frías, en invierno calientes.

Gran abundancia había de buenas arboledas,
higueras y granados, perales, manzanedas,
y muchas otras frutas de diversas monedas,
pero no las había ni podridas ni acedas.

La verdura del prado, el olor de las flores,
las sombras de los árboles de templados sabores
refrescáronme todo, y perdí los sudores:
podría vivir el hombre con aquellos olores.







JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA






El Arcipreste de Hita vivió durante el siglo XIV, probablemente nació en Alcalá de Henares y fue arcipreste del pueblo de Hita (Guadalajara).


A continuación puedes leer un fragmento del episodio de don Melón y doña Endrina, en el que se nos relata una de las aventuras amorosas más conocidas del Libro del buen amor.


Amigos, grande es mi pena, y puesto estoy en la honda;
a la dama voy a hablar, quiera Dios bien me responda.
Me abandonó el marinero de repente en la mar honda
y dejóme solo, aislado, sin remos, con brava onda.


¡Cuitado! ¿Podré escapar? Tengo miedo de ser muerto;
aunque miro a todas partes no consigo hallar un puerto.
La esperanza que me queda para ponerme a cubierto
reside en aquella sola que me trae penado y muerto.


He de razonar con ella y decirle mi quejura,
he de hacer que mis palabras la inclinen a la blandura;
hablándole de mis cuitas entenderá mi amargura:
a veces con chica frase se consigue gran holgura.


¡Ay, Dios, cuán hermosa viene doña Endrina por la plaza!
¡Ay, qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza!
¡Qué cabellos, qué boquita, qué color, qué buenandanza!
Con saetas de amor hiere cuando los sus ojos alza.






Junto os colgo dos video a modo de mejor os elucidar!
Espero que les guste!





El libro de buen amor
Juan Ruiz





Referencias bibliográficas:

http://roble.pntic.mec.es/msanto1/lengua/1clereci.htm

http://www.vallenajerilla.com/berceo/mester.htm